Y así como nada llegamos a la recta final del campeonato, quedaban tres partidos, tres finales y nos encontramos, como esperábamos, mirando a todos desde arriba.
Tres finales dije, pero había una que estaba marcada, había una que veníamos esperando desde hace mas de 3 o 4 fechas, había una a la que muchos llamábamos “la final del campeonato”.
Se decía que iba a ser el día más frío en lo que iba del año, pero ahí estábamos, algunos desde las 9:45, otros, perdiéndose debido a la lejanía de la cancha, llegando ya entradas las 10:15. El frío estaba presente, pero nosotros no lo sentimos, teníamos ese fuego interior que nos recorría todo el cuerpo dándonos el calor necesario, mirando a los rivales de reojo… con esa mirada analizadora e intimidante, con esa mirada con el ceño fruncido para que todos sepan que ahí estaba Calavera, que ahí estaba el campeón de la “C” y el actual puntero de la “B”.
El partido empezó allá por las 9:50, si por que el partido no empezó con el pitazo inicial, el partido empezó mucho antes, cuando el bolo con un dejo de asombro e ilusión dijo: “mira, ese se parece a toti”. Las miradas entre los que estábamos presentes rápidamente se voltearon para ver con una ilusión tremenda, si aquella observación del bolo, podía realmente ser cierta. Y ahí estaba él, con su metros sesenta acercándose al costadito de la cancha donde estaban todos los bolsos tirados; y ahí estábamos nosotros, con una sonrisa en la cara, sabiendo que el partido ya lo estábamos ganando uno a cero.
Y llego el momento, el pitazo del arbitro, y la pelota entro a rodar… primeros minutos de estudio, de algún patada marcando territorio… por allá por los 5 minutos, se escucho a la pera decir con seguridad pero sin levantar el tono: “muchachos, quédense tranquilos que este partido lo ganamos fácil”.
La pelota iba y venia, sin dueño cierto, los muchachos de la esquina intentando llevarla prolijamente pero chocando con un medio campo y una defensa como pocas hay en el torneo, y fue así como en uno de los intentos del rival, la pelota salio devuelta rápidamente por la defensa calaveriana, rápidamente, pero al pie… toque de la pera, para el mingo, y toque del mingo para el nieto… se sabe que cada pelota que recibe el nieto las miradas se llenan de esperanzas… y ahí fue, pelota al pie, cabeza gacha, primera, segunda… quinta a fondo, desborde, centro al pie del mingo que ya se veía festejando antes de pararla... pelota larga, apenas punteada a lo burruchaga en México ´86 y a festejar. Locura total, uno a cero y a seguir presionando como siempre.
Y Calavera siguió presionando como siempre, la pelota ya no corría tan prolijamente como antes por los rivales, las caras de desconcierto se les multiplicaban, la precisión bajaba y así fue como tras un quite de la oveja, cabeza levantada, pase a curto y una invitación del nieto para que la pelota vaya a donde el quería… pelota en profundidad, mano a mano, nadie lo dijo, pero todos lo pensamos, si puede meter una, mete todas… y fue, como un rayo para ganarle al arquero, toque al costado de este, mano a 10 metros del área, tiro libre y expulsión. Caras de felicidad, pero a sabiendas de que más que nunca había que ganar.
Tiro libre dije, pelota en las manos del mingo… “oveja, busca el rebote por que le pego al arco” todo hacia indicar que el capitán agarraba la posta, pero ahí llego él, con vos tenue y bajita, algunos dirán que tímida, pero sabemos que no necesita pedir las cosas con efusividad, solo un “me dejas pegarle” basto para que la pelota cambie de manos. Arquero nuevo, barrera bien distanciada de la pelota, y toti perfilado… toti perfilado, toti al arco y toti gol. Pelota al Angulo, donde no llega ni un arquero de primera, otra vez la locura general y partido casi liquidado.
Y así se nos fue el primer tiempo, con ya un dominio claro de Calavera y una segunda parte para seguir demostrando por que ya éramos los punteros del campeonato. Sombrerito del nieto para el 3 a 0, toques y mas toques para dos sutiles definiciones del ya goleador de Calavera Silvia, Rodrigo “Toti” Calvo, y partido mas que liquidado.
La vuelta a casa fue con una sonrisa y con el saber de que la primera final estaba ganada. Quedan dos y solo dos partidos para repetir lo que hasta hace un año atrás era casi una utopía.
Aguante Calavera, ahora correr mas que nunca, y a jugar como siempre!!!
El redactor Jr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario